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La gran mayoría hemos escuchado alguna vez hablar del “sueño americano”: esta idea de vivir bien, progresar económicamente y que las siguientes generaciones superen a las pasadas. Hoy en día parece haber un énfasis en el aspecto económico de este ideal: comprar una casa, tener un auto nuevo y salir de vacaciones todos los años. Sin embargo, cuando James Truslow Adams introdujo este concepto del sueño americano en 1931, su enfoque no era lo material. Aunque actualmente el sueño americano puede significar algo muy diferente para cada persona, lo importante es poder realizarlo.
Paradójicamente, fue durante la era de la Gran Depresión, cuando Adams acuñó la frase “el sueño americano”. En medio de tanta escasez y crisis económica, Adams habló de soñar con una tierra en la cual todos vivieran mejor, más rica y plenamente, con oportunidades para cada uno de acuerdo a su habilidad o logros. En ese entonces, igual que ahora, Estados Unidos era un país compuesto por inmigrantes. Se trataba de mejorarse a uno mismo y de conseguir lo que a uno lo hiciera feliz en esta tierra de oportunidades.
Dependiendo de los ideales y situaciones que cada individuo tenga, este sueño puede representar diferentes “logros’. Por ejemplo, para un inmigrante que viene de un país con mucha inseguridad y delincuencia, su “sueño” puede ser simplemente poder vivir más tranquilo y criar a sus hijos en un ambiente más seguro. Esto no es conformismo, es ser realista y soñar de acuerdo a las posibilidades. Para una familia cuyos padres nunca pudieron asistir a la universidad, el sueño sería poder enviar a sus hijos a estudiar una carrera universitaria y que se superen social y económicamente. En este caso, si los hijos pueden hacerlo, los padres se sienten satisfechos. Incluso, para una familia que está bien económicamente y que quizá ya llegó a la meta, el sueño puede ser tomarse tiempo para disfrutar a la familia y vivir de las ganancias. Lo importante es que logremos el sueño, sea lo que fuere, dentro de las posibilidades y/o limitaciones que podamos tener.
Muchas personas opinan que el sueño americano es una frase hecha, un mito que ya no puede hacerse realidad. Generalmente, cuando se tiene esta opinión se tiene también un enfoque netamente económico y materialista; es decir, se aspira a mejorar financieramente y adquiriendo bienes materiales de calidad. En ese caso, por supuesto que el sueño no sería posible para muchos debido a sus limitaciones económicas. Sin embargo, se sabe de muchos casos de gente que ha comenzado de cero y han creado un imperio, o por lo menos han logrado ser dueños de su propio negocio. Podemos argumentar que el sueño americano está más accesible para (precisamente) los americanos, ya que, si ellos nacieron y crecieron aquí, siempre tuvieron una ventaja con respecto a los inmigrantes por ejemplo. Sorprendentemente, lo contrario también puede ser verdad. Es decir, aún inmigrantes, sin tener la ventaja de haber nacido y crecido en los Estados Unidos, pueden progresar y cumplir con su sueño. Se sabe que muchos inmigrantes vienen para quedarse, son muy pocos los que se vuelven a sus países de origen. Esto habla de que apuestan al sueño americano. Lo que es aún más sorprendente es la cantidad de grandes compañías que fueron fundadas por primera y segunda generación de inmigrantes: Google, Apple, Amazon, Uber, IBM, Airbnb, Yahoo, AT&T…y la lista sigue … y sigue. ¿Podemos imaginarnos la vida hoy sin los servicios que ofrecen estas empresas? No creo.
En conclusión, cada uno puede tener su propia versión del “sueño americano” y lograrlo, lenta o rápidamente, pero lograrlo al fin, y así tener una vida más plena, rica (no necesariamente en lo material) y mejor. Después de todo, esa es la definición original que Adams propuso en los años 30 y se aplica a americanos así como también a inmigrantes.
The American Dream, Immigrant Version
Translated by: Meghana Vadlamani
We have all heard about the American Dream, this idea of living well, progressing economically, and the next generations surpass the previous ones. Today there seems to be an emphasis on the economic aspect of this ideal: buying a house, owning a new car, and going on a vacation every year. However, when James Truslow Adams introduced this concept introduced this concept of the American Dream in 1931, his approach was not materialistic. Today, it is important to realize that the American Dream can mean something very different for every person.
Paradoxically, it was during the Great Depression era that Adams coined the phrase “the American Dream.” In the midst of so much economic scarcity and crisis, Adams spoke of dreaming of a land in which everyone lived better, richer, and fuller with opportunities for each according to their skills or accomplishments. Back then, as it is now, the United States was a country made up of immigrants. The American Dream was about improving oneself and getting what made one happy in this land of opportunities.
Depending on the ideals and situations each individual has, this dream can represent different “achievements”. For example, for an immigrant who comes from a country with a lot of insecurity and crime, his “dream” may simply be able to live quieter and raise his children in a safer environment. This is not conformism; it is to be realistic and to dream according to the possibilities. For a family whose parents were never able to attend college, their dream would be to be able to send their children to study a college career and to be superior socially and financially. In this case if the children can do it, the parents feel satisfied. The important thing is that we achieve the dream, whatever it is, within the possibilities and/or limitations that we may have.
Many people believe that the American D+ream is a made-up phrase, a myth that can no longer come true for immigrants. Generally, when you have this view you also have a purely economic and materialistic approach; that aims to improve financially and by acquiring quality material goods. In that case, the dream would not be possible for many because of their economic constraints. However, many cases of people are known to have started from scratch and created an empire, or at least managed to own their own business. We can argue that the American Dream is more accessible to Americans, because if they were born and raised here, they always had an advantage over immigrants for example. Surprisingly, the opposite can also be true. That is, even immigrants, without having the advantage of being born and raised in the United States, can progress and fulfill their dream. It is known that many immigrants come to stay, very few returns to their home countries. This is about them betting on the American Dream. What is even more surprising is the number of large companies that were founded by first- and second-generation immigrants: Google, Apple, Amazon, Uber, IBM, Airbnb, Yahoo, AT&T… and the list goes on and on. Can we imagine a life today without the services offered by these companies? I don’t think so.
In conclusion, each person can have their version of “the American Dream” and achieve it, slowly or quickly, but achieve it in the end, and have a fuller, richer life (not necessarily in material things) and better. After all, that’s the original definition Adams proposed in the 1930’s and it applies to Americans as well as immigrants.