Vecinos del condado de Harris comparten sus historias sobre el abandono de sus comunidades. Los comisionados les han ignorado.

Por: Jenny Manrique

ENGLISH VERSION INCLUDED


 

Inundaciones, polución, delincuencia, negocios cerrados, mayores impuestos a la propiedad, y gentrificación. Estassonalgunasdelasconsecuenciasquelosvecinoslatinosdelcondadode Harris en Houston, han padecido por décadas como resultado del diseño de los mapas electorales en sus comunidades. Mientras la nueva redistribución de distritos que se hace cada 10 años con base a los números del censo y que está en manos de los comisionados de la corte del condado sigue su curso, los hispanos quieren tener más voz y voto sobre quién los representa y los servicios a los que deberían acceder si el diseño fuera más justo.

“El gran problema del mapa y cómo se dibuja es que la gente que nos representa está eligiendo a sus votantes, pero no son los votantes los que están eligiendo a sus representantes”, dijo Dayana Iza, organizadora juvenil de Mi Familia Vota, durante una mesa redonda convocada junto a Ethnic Media Services, en la que residentes latinos expresaron lo que hubieran querido que los creadores de estos mapas escucharan si el proceso fuera más participativo.

“No está mal que el área de Spring Branch (donde vive) vaya creciendo porque eso nos da oportunidades a la generación más nueva, pero los proyectos que hacen deberían mantener en mente a las comunidades que hemos vivido aquí por años”, dijo Iza. “No somos invisibles”.

En este distrito al noroeste del centro del condado, las líneas divisorias de recintos han causado que quienes viven cerca del reservorio Addicks, tengan una represa colectora de agua en momentos de lluvias fuertes, mientras quienes residen hacia el este experimentan inundaciones porque los lotes vacíos que eran para la conservación del agua se han convertido en lujosos townhouses. Estos desarrollos han elevado los impuestos y hecho desaparecer negocios locales de antojitos que la comunidad hispana suele frecuentar.

“Al momento de la gentrificación, no solo aumenta el valor del precio de lotes y lugares sino que para alquilar un departamento o una nueva casa se requiere un número de seguro social que muchas de nuestras familias indocumentadas no tienen”, compartió Jose Juan Presas, también residente Spring Branch desde hace 25 años.

El crisol cultural de coreanos y centroamericanos que vive a lo largo del Long Point Road, avenida renovada con ciclovías, pasos peatonales y cafés, también se enfrenta a la carencia de servicios en su idioma. Juan Castilla dice que si bien los hispanos se están integrando con los americanos, “una generación” se está desplazando a otros distritos más asequibles como Katy,

Sugar Land, o el norte de Kinwood. “Muchas calles se mejoran pero en otras donde vivimos hispanos, todavía necesitamos infraestructura y eso no se ve como una prioridad”, dijo Castilla.

Voces ignoradas

En otros distritos como el Greater Greenspoint, los latinos están experimentando un aumento en la delincuencia, al punto que hay zonas apodadas “gunpoint” (a punta de pistola) contó Rosalva Hernández, residente de la comunidad por más de 12 años.

“Tenemos un shopping mall aquí pero muchas tiendas han cerrado debido al crimen en el área”, dijo Hernández. “No podemos dormir porque se oyen disparos, varias veces he llamado al 911 y a la policía y dicen que van a mandar más patrullas pero no es así”. La mujer dice que “no confía” en el rediseño de los mapas porque las áreas pobres quedaron excluidas de aquellas que reciben más ingresos y renovaciones.

En otras áreas como Southside, la alta pobreza en combinación con la pandemia también aumentó el desempleo y la delincuencia. “Por mi casa pasa mucha gente en carros con armas disparando… las balas no han entrado a ningún hogar pero se quedan atoradas en los coches o en las afueras de las casas”, aseguró Ruby Alanis, residente de Minnetex y estudiante de negocios y leyes internacionales de la Universidad Santo Tomás. “Es algo muy triste porque uno no tiene que irse a dormir pensando que puede perder la vida, nadie debería sentir miedo”.

En esta área las refinerías han causado una tremenda polución que ha aumentado los niveles de mortalidad entre latinos. La carencia de aire limpio también ha afectado a los niños que van a escuelas empobrecidas y sin fondos. “Nadie debería tener estos problemas en una ciudad tan avanzada y desarrollada”, observó Alanis.

Perla Garcia, residente de la comunidad no incorporada de Kinwood, sostuvo que la falta de pozos sépticos y servicios de drenaje en su área provocaron que el Huracan Harvey les impactara de manera trágica. “La diferencia en estos servicios es dramática si solo manejo cinco minutos hacia el oeste… Esa área de La Mesa tiene mejores drenajes, mejores servicios, tiendas cerca y todo está mejor diseñado… aquí no hay semáforos ni nos recogen la basura”, observó.

Marla López, coordinadora de Mi Familia Vota, quien estuvo moderando la charla, dijo que
las decisiones que toman en el condado, están dejando a los latinos divididos. “¿Cómo aparecemos en las agendas de esos comisionados y del desarrollo? Simplemente no somos incluidos”.

López mostró cómo en los mapas electorales del condado de Harris del 2011-2021, varias comunidades hispanas quedaban repartidas hasta en tres diferentes recintos afectando la participación real e incluso la posibilidad de conocer a los representantes que en pocas ocasiones hablan español. Mi Familia Vota se puso en campaña para que los comisionados escucharan a los vecinos en un proceso del que dependen los recursos para los próximos 10

años, pero a pesar de compartir muchas historias, las oportunidades de escucha fueron limitadas.

“¿A cuál oficial hay que hablarle en inundaciones? Esa relación no existe porque no somos sus votantes…Se necesitan más recursos más accesibles para que la gente de habla hispana pueda realmente votar y en 2022 vamos a seguir desarrollando estas relaciones para aumentar nuestra capacidad y poder”, concluyó.

 


“We are not invisible”: Hispanics Raise Their Voice about Redistricting in Houston

Neighbors in Harris County share their stories about the neglect of their communities. At the time of redrawing maps, the commissioners have ignored them.

By: Jenny Manrique

Floods, pollution, crime, closure of businesses, higher property taxes, and gentrification. These are some of the consequences that the Latino residents of Harris County in Houston have suffered for decades as a result of the drawing of the electoral maps in their communities. While the new redistricting that is done every 10 years based on census numbers continues its course in the hands of the county commissioners, Hispanics raise their voice about who should represent them and the services they should access if the design were fairer.

“The big problem with the drawing of the maps is that the people who represent us are electing their voters, but the voters are not the ones electing their representatives,” said Dayana Iza, a youth organizer for Mi Familia Vota, during a Roundtable in Spanish hosted alongside Ethnic Media Services. Underserved Latinos expressed what they would have wanted the map makers to hear if the process were more participatory.

“There is nothing wrong with the Spring Branch area (her neighborhood) growing because that gives us, the new generation, more opportunities. But the new projects should keep in mind the communities that have lived here for years,” said Iza. “We are not invisible.”

In this district located in west-northwest Harris County, the lines dividing precincts have caused that those who live near the Addicks reservoir, have a water collection dam to prevent downstream flooding, while those who reside in the east experience heavy floods because the lots designed for water conservation have been converted into luxurious townhouses. These developments have raised taxes and wiped out local businesses that the Hispanic community often frequents.

“At the time of gentrification, not only does the price of lots and places increase, but to rent an apartment or a new house, a social security number is required. Many of our undocumented families simply don’t have it,” said Jose Juan Presas, also a Spring Branch resident for 25 years.

The cultural melting pot of Koreans and Central Americans that lives along Long Point Road, a renovated avenue with bike lanes, crosswalks and cafes, also faces a lack of services in their language. Juan Castilla says that while Hispanics are integrating with Americans, “a whole generation” is moving to more affordable districts like Katy, Sugar Land, or North Kinwood. “Many streets are improved but in others where Hispanics live, we still lack infrastructure and that is not seen as a priority,” Castilla said.

Voices ignored

In other districts such as Greater Greenspoint, Latinos are experiencing an increase in crime: “Gunpoint” is the new nickname for the area, said Rosalva Hernández, a resident of the community for more than 12 years.

“We have a shopping mall here but many stores have closed due to crime in the area,” Hernández said. “We hear shots all the time and we cannot sleep; several times I have called 911 and the Police and they promise to send more patrols but it never happens.” The woman says that she doesn’t trust the redesign of the maps because poor areas have been excluded from renovations the more affluent sectors received.

In other areas like Southside, high poverty in combination with the pandemic also increased unemployment and crime. “A lot of people pass by my house in cars firing guns … the bullets have not entered any home but they get stuck in cars or on the house sidings,” said Ruby Alanis, resident of Minnetex and an international business student at St. Thomas University. “It is very sad because you shouldn’t go to sleep thinking that you can lose your life, no one should be afraid.”

In this area, the refineries have caused tremendous pollution increasing the levels of mortality among Latinos. The lack of clean air has also affected children who go to impoverished and underfunded schools. “No one should have these problems in such an advanced and developed city,” Alanis observed.

Perla Garcia, a resident of the unincorporated community of Kinwood, said that the lack of septic tanks and drainage services in her area caused Hurricane Harvey to impact them in a tragic way. “The difference in these services is dramatic if I only drive five minutes west … That area of La Mesa has better drains, better services, stores nearby and everything is better designed … there are no traffic lights here, nor do they pick up our garbage,” she said.

Marla López, coordinator of Mi Familia Vota who moderated the conversation, said that the decisions made by the county commissioners are leaving Latinos excluded and divided. “How do we appear on those commissioners’ development agendas? We are simply not included.”

López showed how in the 2011-2021 electoral maps of Harris County, Hispanic communities were split in up to three different precincts, affecting their participation and the chance of meeting their representatives who rarely speak Spanish. Mi Familia Vota campaigned heavily for commissioners to listen to neighbors’ stories during the redistricting process that allocates resources for the next 10 years. But despite the push, listening opportunities were limited.

“Which officer should we talk to during floods? That relationship does not exist because we are not their voters… More accessible resources are needed for Spanish-speaking people to actually vote. In 2022 we will continue to develop these relationships to increase our capacity and power, ”she concluded.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Skip to content